Mis seres

sábado, 22 de septiembre de 2007

EL HIGO

El higo. Hoy me he comido un higo..o mejor dicho, hoy me he comido varios higos...
Por fin, tras muchos años, me he reencontrado con el higo!!! El higo de mi infancia, el higo de mi compañía, el higo verdal, el higo chumbo...Hoy, unos de esos días en los que le inapetencia y el pesimismo inundan mi corazón; hoy, unos de esos días en los que me miro al espejo y me pregunto ¿Ricitos, qué te está pasando con el paso de los años?; hoy unos de esos días en los que el cansancio daña a las cervicales y a la espalda...pero hoy, es uno de esos días en los que alguien estaba dispuesto a cambiar el trágico discurso de este día tan sombrío..Ahí estaba en la cocina, esperándome, EL HIGO, tan perfecto morfológicamente, tan verde, regalo divino, la plenitud de lo inesperado....He dudado, he empezado a temblar y me ha costado reprimir las lágrimas y la emoción causadas por la presencia de ese higo en mi cocina. Ahí estaba, elegante pero muy humilde a la vez, llamativo pero discreto, ahí estaba encima de una cajita de madera mirándome fijamente. Mil recuerdos han inundado mi mente; había años que no estaba tan cerca de un higo de esas características, he recordado mis años en mi añorado campo en los que los higos de la gran higuera que se eregía en la entrada de mi casa, daba cobijo a mis más inocentes chiquilladas, a mi primer negocio (anca Elena), a la casita de mi perra Leona (que en paz descanse), a los desvarios y juegos sexuales de mi gatita Blanquita con Sotinorio (el gatito de mis vecinos los gitanos), a las tardes de choconova y queminova..siendo sus higos testigos de esa estapa tan feliz de mi vida, siendo sus higos mis amigos, mis cómplices en un medio rural en el que los amigos estaban escasos..!!Cuántos secretos compartíamos esos higos y yo!! y qué mal lo pasaba la pequeña Elena cuando cualquiera de ellos era repiqueado por las hambrientas golondrinas y caían al suelo después de la agonía que debe suponer que te quiten lo más profundo de tus entrañas y que te pudras....Cruel destino el del higo...
Pero tristezas aparte, me he alegrado nuestro reencuentro..Y he sentido que estaba(n) en mi cocina por algo..Mi madre, tan pragmática como siempre, no ha tardado ni un segundo en aludir la cantidad de glucosa que aportaría el higo a mi cuerpo(palabras textuales "Elena...que se te va al culo")..pero me ha dado igual..En mi escala de valores el comerse un higo se equipara a ingerir chocolate, al placer de acariciar y besar a una persona, al placer de la buena compañía, al placer de una buena canción y al de una sonrisa...¿no es más que suficiente? En este momento vital de incertidumbres, de cansancio espiritual y físico...sólo me apetece ofrecerme a la diosa egipcia ISIS para que haga lo que quiera con mi vida, y entregarme en locura desenfrenada a los placeres terrenales y espirituales de este mundo..y sin duda alguna, comerse un higo es uno de ellos. Hoy es uno de esos días en los que estoy feliz, hoy es uno de esos días en los que estoy segura de que hay un dios en todas las pequeñas cosas.
un beso,
"Lo espontáneo" & "Lo melancólico"

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Elena!!!
De nada guapa. Consideramos necesario abrir el blog por el bien de la humanidad y así lo hicimos...Al leer tu comentario del higo me he aocrdado de que, en estos días de trasiego y mudanza en casa, he encontrado diversos objetos (pulseras de plástico de los chinos, anillos oxidados, cartitas de amor...) que de un plumazo que han trasladado a mis años de infancia y adolescencia y han conseguido hacer aflorar las mismas sensaciones de entonces. Es curioso ver cómo un elemento tan simple, como un HIGO, tiene el poder de transportarte en el espacio y en el tiempo.

Anónimo dijo...

¡Seres en estado puro!
¡Vivan los higos, lo espontáneo y lo melancólico!
¡Cómo ha merecido la pena la espera!
Keep on rockin'!