Resulta que mi ser intelectual no tiene el chichi pa farolillos. Así que últimamente sólo lee cosas ligeras y agradables. En esa línea, este puente ha hecho un descubrimiento maravilloso: El molinero aullador. Se trata de una novela corta de un autor finlandés regordete, guardabosques y poeta, Arto Paasilinna. Cuenta la historia de un hombre, molinero vocacional y trabajador como él solo, que se traslada a un pueblecico de Laponia para empezar allí una nueva vida. La única pega del molinero es que tiene un ser aullador. Vamos, que cuando se agobia se lía a aullido limpio y pone locos a los perros del lugar. Y sus aullidos, esa nimiedad, hacen que los mediocres pueblerinos intolerantes la tomen con él y con su originalidad y le hagan la vida imposible. Y es que, como dice el dicho japonés: pueblo pequeño, infierno grande; que se lo digan a los de Puerto Hurraco, si no (ay, qué mal gusto de broma, cómo está el ser del humor negro).
Total, que me gustaría aprovechar esta plataforma de reivindicación de nuestros gritos interiores sofocados para recomendar la lectura de este libro tan divertido y para llamar la atención sobre una minoría estigmatizada: la de los que emitimos sonidos animales para combatir nuestros momentos duros o para regocijarnos en los buenos. Uy, se me ha escapado un plural mayestático. Bueno, espero que nadie me entienda mal, que no es que yo ladre...
Saludos,
Cía3:
"Lo Intelectual" y "Lo Salvaje"
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